En este nuevo 8M, en el que conmemoramos el día Internacional de la Mujer, quisimos destacar a ocho mujeres que realizan aportes significativos desde sus disciplinas. Porque no solo hay ciencias naturales y a las mujeres también se las invisibiliza en el arte, las humanidades, el deporte y las ciencias sociales.
Ximena García: directora de orquesta
Ximena García nació en la oficina salitrera María Elena. Comenzó a tocar violín a los 10 años en Antofagasta, realizando sus estudios superiores instrumentales en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. Además estudió Pedagogía en Educación Musical y Gestión Cultural. A los 30 años comenzó a dirigir orquestas de niños y jóvenes, especializándose en Dirección Orquestal en Argentina y Chile. Actualmente dirige la Orquesta Sinfónica Juvenil Región de Tarapacá y la Orquesta Sinfónica Juvenil del Liceo Experimental Artístico de Antofagasta. Es jefa de fila de violín de la Orquesta Sinfónica de Antofagasta.
¿Sientes que tu disciplina puede cambiar el mundo? ¿Cómo lo hace?
Los seres humanos convivimos con la música en todo momento. Es un arte que nos estimula las emociones. La música es una «herramienta» maravillosa. La música abre las mentes, los corazones, cambia las perspectivas. No puede cambiar al mundo, pero sí a las personas, y esas personas pueden cambiar el mundo.
La música es una disciplina eminentemente social, ya que se ha creado por personas y para grupos de personas.
Emoción, expresión, habilidades lingüísticas y matemáticas, habilidades motoras, atención, memoria, autonomía, creatividad... Todo confluye en la experiencia musical compartida y transforma al ser humano.
¿Consideras importante que más niñas y mujeres se interesen en ejercer la música? ¿Por qué?
Poco a poco y con mucho esfuerzo la mujer ha adquirido una respetable posición en la sociedad musical aportando su creatividad y su talento en diferentes estilos musicales hasta llegar a ser destacadísimas instrumentistas, compositoras y/o directoras.
Desde mi experiencia, he visto equitativo el estudio de la música de mujeres y hombres, pero se marca una diferencia al momento de elegir un instrumento u optar por el estudio de la Dirección Orquestal.
Un ejemplo es que en los instrumentos de bronces como trompeta, corno francés, trombón y tuba hay una minoría de mujeres que lo estudian o interpretan. Y en la Dirección Orquestal, si bien es cierto que hay destacadísmas directoras, aún es un terreno destinado para los hombres. Pero las mujeres están marcando su presencia.
¿Qué cambios deberíamos trabajar socialmente para que podamos vivir en una sociedad más equitativa y más justa para todas y todos?
Me parece que el primer cambio debe partir en el hogar. En una familia donde los roles sean claros, donde haya igualdad de derechos, de responsabilidades y de oportunidades que permitan fortalecer valores que mejoran la calidad de una sociedad. Esto debería complementarse con la educación escolar, donde la música debe cumplir un rol fundamental en el aprendizaje. Pero se deben garantizar políticas gubernamentales cuyo foco central sea la infancia desde los primeros años de vida, impulsando además la participación de niños, niñas y jóvenes con menos oportunidades, no solo como beneficiarios, sino como agentes de cambio social.
Graciela Huinao: poeta mapuche williche
Graciela Huinao (Osorno, 14 de octubre de 1956) es narradora y poeta mapuche-williche de lengua castellana. Ella es, además, la primera mujer indígena en ingresar en la Academia Chilena de la Lengua.
¿Sientes que tu arte puede cambiar el mundo? ¿Cómo lo hace?
Sería presuntuoso decir que cambiaré el mundo. Me basta saber que aporto con un grano de arena para este cambio. Y lo hago de la única forma que sé hacerla: la palabra.
¿Consideras importante que más niñas y mujeres se interesen en ejercer tu arte? ¿Por qué?
Cualquier manifestación artística del ser humano y si sirve para un cambio, es interesante, porque es una manifestación espiritual.
¿Qué cambios deberíamos trabajar socialmente para que podamos vivir en una sociedad más equitativa y más justa para todas y todos?
El respeto, ante todo. No solo entre seres humanos, sino que todo lo que es la cosmovisión. Tolerancia. Aceptar la diferencia, no obligar a nadie a que piense igual que uno.
Ilana Raglianti: instructora de artes marciales
Ilana Raglianti practica y estudia artes marciales desde los 18 años, al salir del colegio. Es 10º dan en bujinkan budo taijutsu y 2º dan de kendo.
Estudió comunicación digital, pero se retiró del rubro a las 32 semanas de gestación de su hija. Nueve meses después, en septiembre de 2017, inauguró «Seikyou Dojo» con la idea de abrir un espacio y comunidad de carácter inclusivo y familiar que buscara el desarrollo personal y físico del ser humano través de la práctica de las artes marciales y el yoga.
¿Sientes que tu disciplina puede cambiar el mundo? ¿Cómo lo hace?
La práctica de las artes marciales cambió mi vida. Si fue así conmigo, podría ser con cualquier persona que se sienta feliz practicándolas. No digo que todes debamos ni vayamos a amarlas, pero si le encuentras el gustito, creo que tiene todas las herramientas para permitirle a uno ver la felicidad en cualquier circunstancia. Si más humanos son felices... ¿Dime si eso no cambiaría el mundo?
¿Consideras importante que más niñas y mujeres se interesen en ejercer tu disciplina? ¿Por qué?
Bueno, además de lo dicho anteriormente —tener herramientas para encontrar o buscarse la felicidad, que es universal para todo ser humano—, en específico con la situación actual de la mujer en el planeta, el entrenamiento marcial tiene un efecto «empoderante». No me refiero a que sientas que puedes ejercer poder sobre otros, sino sobre ti misma. De alguna forma, eso te hace caminar más tranquila en la vida.
A raíz de siglos de desarrollo cultural respecto al género, el reposicionamiento de la mujer como ser social tiene una carga mental pesada: ocupamos nuevos espacios en la sociedad, sin compartir (en general) equitativamente roles cotidianos que históricamente lo han tomado solo mujeres. Igual veo y converso con las nuevas generaciones y siento que la cosa pinta bien. A todes nos viene bien un poco de tranquilidad, que no es igual que comodidad. Tranquilidad navegando el caos de la incomodidad ¡Entretenido!
¿Qué cambios deberíamos trabajar socialmente para que podamos vivir en una sociedad más equitativa y más justa para todas y todos?
Es difícil pensar en LA SOLUCIÓN a todo. Si fuera simple, ya estaría resuelto y me parece que el vaivén del universo siempre te lleva a estar solucionando o transformando las cosas constantemente... Pero si hay algo en donde cada persona tiene un atisbo de control sobre el cambio de la realidad actual, es en uno mismo. Cambia tú y cambiará todo el sistema a tu alrededor y, alrededor de ese sistema, los sistemas que envuelven lo anterior. Somos como piedras que caen al agua. ¿Qué tal si sonreímos más, si nos tratamos mejor? Soy muy creyente de que una palabra amable bien dicha puede hacer una diferencia en el entorno... Ser ejemplos de lo que creemos y transmitirlo en buena onda. Bueno, es mi verdad personal: en mi mente, la ecuación funciona.
María Fernanda Valdés París: halterófila olímpica
María Fernanda Valdés París es una halterófila chilena. Ha participado en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y Río de Janeiro 2016, obtuvo medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Barranquilla en 2016 y Miami 2017; en los Juegos Suramericanos de Cochabamba obtuvo el oro. Una de sus madallas de oro más importantes fue la del mundial de halterofilia de 2017 en Anaheim, Estados Unidos, que le valió el premio Nacional del Deporte ese mismo año. Su historia es una de las inspiraciones de la serie feminista de Netflix Raise the bar!
¿Sientes que tu disciplina puede cambiar el mundo? ¿Cómo lo hace?
Toda acción o actividad puede cambiar a alguien o algo. El mundo no sé, pero sí puedo llegar a personas para que encuentren una salida a su problema o una distracción. Tenemos niñ@s que llegan con miles de problemas y otros que no, pero a todos les enseñas y muestras que tenemos diferencias. Por ejemplo, hay casos donde los niñ@s tienen todo y no conocen realidades donde puede haber gente que les falta y no los ayudan. A los que no tienen, les enseñas que no por tener más no les cuesta o son discriminadores: el deporte une a todos, une realidades diferentes y, teniendo eso en cuenta, se puede decir que cambia realidades y perspectivas, que crea amistades.
¿Consideras importante que más niñas y mujeres se interesen en ejercer tu disciplina? ¿Por qué?
Es importante porque te entrega herramientas en la vida. A mí, por ejemplo, me enseñó que tener miedo es normal, pero no te puede paralizar; que día a día me enfrentaré a personas que me quieren disminuir, pero eso no pasará. Mi disciplina me dio fuerza interior, ya que si hoy no pude realizar mi tarea o lograr un objetivo, mañana lo lograré y superaré.
¿Qué cambios deberíamos trabajar socialmente para que podamos vivir en una sociedad más equitativa y más justa para todas y todos?
La cobertura deportiva es mayor en varones que en damas en mi rama o lo hacen más llamativo, porque para la gente es más llamativo leer que un hombre alzó 180 kg. y la mujer ganó con 140 kg. Quizás el varón con 180 kg. no ganó, pero sí se expone mucho más en los medios.
Y lo otro es culturizar, empoderar a las mismas mujeres. Muchas veces veo y escucho cuando dicen «mejor lo hace el hombre, porque yo no puedo». Esta traba hace que no lo intentemos y es ahí cuando tenemos que saber que cualquier meta es posible superarla, solo tenemos que aprender a decir «yo valgo lo mismo y me puede quedar igual de bien».
Sandra Almendras: psicóloga y activista por los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres
Sandra Almendras es psicóloga con magister en psicoterapia constructivista. Se ha desempeñado en la red Sename desarrollando procesos de intervención con familias de acogida y adolescentes infractores de ley. Desde el nacimiento de su primera hija (2013), se ha abocado al trabajo con mujeres y familias para una crianza respetuosa y a la promoción del respeto hacia los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, formándose como doula y monitora de lactancia, trabajando desde 2014 en su emprendimiento que busca conciliar maternidad y trabajo.
¿Sientes que tu disciplina puede cambiar el mundo? ¿Cómo lo hace?
Por supuesto que sí. Desde la psicoterapia, podemos contribuir a mejorar la salud mental de las personas, ser un aporte para el desarrollo de dinámicas familiares saludables, lo que a su vez favorecerá una sociedad más sana y respetuosa. Al hacer esto, le otorgamos a los niños de hoy entornos respetuosos para su crecimiento, donde las y los adultos que les rodean cuentan con herramientas para gestionar sus emociones y regular sus impulsos, además de ser capaces de entregar a su vez dichas herramientas con su ejemplo. Desde la psicología podemos aportar en la creación de políticas públicas que reivindiquen la relevancia de cuidar a nivel social la salud mental de las personas para mejorar significativamente nuestra calidad de vida hoy y, también, la salud emocional de las generaciones futuras.
¿Consideras importante que más niñas y mujeres se interesen en ejercer tu disciplina? ¿Por qué?
En la carrera de psicología ya es frecuente encontrar más representantes mujeres que hombres. Sin embargo, creo que es fundamental que más mujeres nos interesemos por ejercer la psicología clínica abrazando lo que nuestro género nos regala. Como mujeres, contamos muchas veces con otras herramientas y habilidades, somos más perceptivas ante ciertos fenómenos y podemos ofrecer una comprensión particular sobre el mundo emocional que se nutre de nuestro rol como mujeres en esta sociedad. Creo importante que más mujeres se atrevan a ejercer la psicología como mujeres.
¿Qué cambios deberíamos trabajar socialmente para que podamos vivir en una sociedad más equitativa y más justa para todas y todos?
Creo que debiésemos avanzar hacia la validación social de la expresión del dolor tanto físico como emocional. Es muy mal visto llorar en público, por ejemplo; las personas que lo hacen son rotuladas como «débiles» o, peor aún, como «niñas». Eso establece no solo que llorar está mal, sino que además se espera de las mujeres esa «debilidad». Esto, además, genera severas dificultades socioafectivas en los varones, que tienden a reprimir excesivamente sus emociones o a validar exclusivamente la manifestación de estas a través de la rabia y el descontrol de impulsos.
En segundo lugar, creo necesario reivindicar las labores orientadas al cuidado de personas. En la actualidad, el cuidado de infantes, personas postradas o de la tercera edad recae mayoritariamente en mujeres y ¡escasamente se nos remunera por ello! Nuestros hijos e hijas crecerían en un mundo más justo si ninguno de sus progenitores tuviera que renunciar a su ingreso mensual para entregarle los cuidados que necesita para su desarrollo.
Loreto Valenzuela Roedinger: ingeniera química y docente
Loreto Valenzuela es profesora asociada en el departamento de Ingeniería Química y Bioprocesos y vicedecana en la Escuela de Ingeniería de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Tiene un Doctorado en Rutgers, The State University of New Jersey, y es Magíster en Ciencias de la Ingeniería. Su área de investigación está centrada en aplicaciones en alimentos (películas y recubrimientos comestibles), biomédicas (diseño/fabricación y caracterización de scaffolds), caracterización de materiales poliméricos, modelación QSPR y dinámica molecular de interacción soluto-solvente.
¿Sientes que tu disciplina puede cambiar el mundo? ¿Cómo lo hace?
Absolutamente. Desde la Ingeniería Química e Ingeniería Biomédica se está cambiando el mundo, desde cómo nos alimentamos, cómo tratamos las enfermedades, cómo mejoramos la calidad de vida y cómo nos hacemos cargo de los residuos y desechos, entre muchas otras cosas.
¿Consideras importante que más niñas y mujeres se interesen en ejercer tu disciplina? ¿Por qué?
Por supuesto, por varias razones. Por una parte, hay niños y niñas muy talentosos y excluir a la mitad de ellos por ser mujer hace que perdamos la oportunidad de desarrollar sus talentos. Por otro lado, está demostrado que para resolver los desafíos de los grandes problemas del día de hoy (e incluso los más simples) se puede llegar a mejores resultados cuando los grupos son diversos en disciplina, puntos de vista y, por supuesto, en género. Y, finalmente, ¡porque la ingeniería es una carrera muy entretenida! ¡¡¿¿Cómo le vamos a quitar la oportunidad de estudiarla y ejercerla a la mitad de la población??!!
¿Qué cambios deberíamos trabajar socialmente para que podamos vivir en una sociedad más equitativa y más justa para todas y todos?
En primer lugar, respetar y hacerse respetar en todo sentido; en segundo lugar, valorar las capacidades, intereses y habilidades de las otras personas sin sesgos ni prejuicios; y, por último, promover un ambiente de confianza donde cada uno se sienta seguro y segura. A nivel educacional, se debe incentivar a niños y niñas a desarrollarse en todas las áreas, compartir y colaborar con otros que sean distintos: se debe promover la colaboración y la integración desde chicos. Y, a nivel adulto, seguir destacando y potenciando iniciativas que promuevan la igualdad de oportunidades, destacar casos de personas que rompan los estereotipos, tanto de género como otros.
Marla Freire Smith: artista visual e investigadora en Arte Contemporáneo
Marla Freire Smith, nacida en Quilpué, es una reconocida artista visual y académica. Sus obras e instalaciones han sido expuestas en importantes museos, galerías y escenarios en Chile y Europa. Su obra se enfoca en temáticas de Memoria(s), identidad(es), territorio y poder. Es Doctora en Historia y Teoría del Arte y Máster en Historia del Arte Contemporáneo y Cultura Visual por la Universidad Autónoma de Madrid, Máster en Escenografía por la Universidad Complutense de Madrid (2009) y Licenciada en Arte por la Universidad de Playa Ancha.
¿Sientes que el arte puede cambiar el mundo? ¿Cómo lo hace?
Creo que desde las artes sí es posible contribuir a mejorar el entorno y, de ahí, ser extensiva por supuesto a regiones y, por qué no, a países completos. Para mí, la máxima «cambios locales generan cambios globales» me parece pertinente y atingente si lo pensamos desde las artes. De hecho, ha habido experiencias enriquecedoras donde, desde las artes y concretamente desde la creatividad y lo lúdico, es posible conseguir mejoras sociales que por otros medios se consideraban «causas perdidas». Te doy un ejemplo concreto: en Colombia, hubo una vez un alcalde que desde las artes (y lo performático) consiguió primero reducir la delincuencia drásticamente y acabar con el tráfico de drogas, ¡utilizando arte! Suena como algo de ciencia ficción ¿no? Pues bien —y ojo con esto— el alcalde de Bogotá Antanas Mockus, que era además filósofo y matemático, hizo lo siguiente: contrató mimos para que dirigieran el tráfico, repartió tarjetas rojas entre la población (como las de fútbol) para avergonzar a sus ciudadanos/as cuando condujeran de manera egoísta o peligrosa, intercambió pistolas por juguetes, ofreció vacunas simbólicas contra la violencia y varias cosas en esta línea. Al hilo de esto, pienso por ejemplo, en lo que ya se conoce como el «efecto Guggenheim», que básicamente postula que los museos son revulsivos sociales y que cuando se construyen en zonas deprimidas socialmente son capaces de cambiarlas, transformándolas e impulsándolas creativamente. Entonces, con estos dos ejemplo rápidos (hay muchos, pero tomando solo estos dos), ¡por supuesto que las artes contribuyen a mejorar este mundo!
¿Consideras importante que más niñas y mujeres se interesen en ejercer el arte? ¿Por qué?
Por supuesto, aunque debo señalar también que las carreras de artes están feminizadas en su etapa temprana (pregrado), aunque al hablar de puestos de poder la pirámide se invierte drásticamente y seguimos encontrando en ellos a varones. Por ejemplo, a día de hoy y aun con los avances impulsados desde los distintos feminismos, las mujeres continúan realizando labores de cuidado de obras realizadas, en su mayoría, por artistas varones. Y esto lo vemos, por ejemplo, al interior de los museos y/o galerías de arte. ¡Y qué decir del reconocimiento! Ante esto, es preciso que las artistas jóvenes continúen (y continuemos) realizando obras, exponiéndolas y utilizando distintas plataformas y emplazamientos, pues hay una gran cantidad de creadoras, historiadoras del arte y gestoras que siguen siendo invisibilizadas por vicios muy arraigados e instalados dentro del sistema de las artes. Es preciso que, además, nos potenciemos entre nosotras, haciendo algo tan simple como nombrarnos en cada oportunidad que sea posible, validando así nuestro trabajo. Pienso por ejemplo en un proyecto reciente
para visibilizar a través de la EditaFem a mujeres artistas omitidas por la historiografía del arte oficial (algunas no omitidas del todo, pero no tan reconocidas como se debiera): tuve la fortuna de participar en las dos ediciones de este proyecto junto al equipo del Museo Nacional de Bellas Artes. Trabajamos codo a codo con Varinia Brodsky, Gloria Cortés, Alessandra Burotto, Berenice Cárdenas, Milencka Vidal y Paulina Barrenechea, entre otras colegas. También, por supuesto, está el trabajo que realizamos constantemente desde la Red de Investigadoras (RedI).
¿Qué cambios deberíamos trabajar socialmente para que podamos vivir en una sociedad más equitativa y más justa para todas y todos?
Uf, esta pregunta es muy difícil... ¡Básicamente porque son muchas cosas que podríamos mejorar como sociedad! Pero englobando todo, creo que va por el camino de la educación emocional. Considero que nos falta mucho aprender a gestionar nuestras emociones, las buenas y las no tan buenas, como la frustración. Al hilo de una educación emocional podemos aprender de empatía y aprender a comportarnos de forma empática con otros. Fíjate, cuando se trata de empatía real, resulta que el respeto es algo natural y la sana convivencia fluye. Es algo así como «te reconozco y acepto, aprendo de ti». Eso por un lado y, por otro, enfatizar la importancia de la creatividad. Todas las personas somos creativas por naturaleza y, si aprendemos también a gestionarla, podemos ser capaces de sacar lecciones de cada situación. Y si a eso le añadimos humor, ¡tanto mejor!
Andrea Águila: bibliotecaria, Magíster en Salud Pública
Andrea Águila es Bibliotecaria Documentalista, Magíster en Salud Pública por la Universidad de Chile. Trabaja como encargada de Gestión Documental de la Unidad de Patrimonio Cultural del Ministerio de Salud de Chile. Fue encargada del Centro de Gestión del Conocimiento y Comunicaciones de OPS/OMS en Chile. Realizó clases de «Ética en la publicación científica» en el Programa Internacional de Formación en Ética de la investigación Biomédica y Psicosocial de la Universidad de Chile; participó en la creación, formulación y ejecución de proyectos de fomento lector en las Bibliotecas Públicas de Pudahuel; y formó parte del grupo «Viralizando», organizadores del primer encuentro de eHealth en Chile. Colabora en Etilmercurio.
¿Sientes que tu disciplina puede cambiar el mundo? ¿Cómo lo hace?
Claro que si, como alguien dijo por ahí, «las bibliotecas son el espacio más democrático que existe»: es el espacio en el que, a través de los libros, viven los sueños de las personas y el conocimiento que han generado durante siglos.
¿Consideras importante que más niñas y mujeres se interesen en ejercer tu disciplina? ¿Por qué?
La Bibliotecología es un área en que históricamente se han desempeñado más mujeres que hombres y, pese a ello, nuestros colegas varones tienen mejores sueldos y acceden a más puestos directivos. Sin embargo, muchas bibliotecarias están trabajando para revertir eso, liderando importantes proyectos, perfeccionándose e innovando en promover la lectura.
¿Qué cambios deberíamos trabajar socialmente para que podamos vivir en una sociedad más equitativa y más justa para todas y todos?
Creo que uno de los cambios importante para una sociedad más justa y equitativa es que el curriculum escolar incorpore la perspectiva de género. Veo a muchas niñas, niños y jóvenes desorientados acerca de estos temas y con altos grados de prejuicios. Si lográramos que desde pequeños pudieran comprender de qué se trata, avanzaríamos más rápido hacia este cambio.
Otro cambio importante que me gustaría se pudiera llevar a cabo es romper con la brecha salarial. No es posible que las mujeres sigamos ganando menos que los hombres. Necesitamos como país darnos cuenta de que esto no es justo, observar cómo otros países regulan este tema y de ahí implementarlo en el nuestro.