El pasado 4 de octubre recordamos la gran primera hazaña espacial. En las radios, el satélite soviético Sputnik 1 parecía un sonido banal, un pitido electrónico común. Sin embargo, cuando se oyó por primera vez ese 4 de octubre de 1957, ese pitido simbolizaba un cambio en la historia.
El documental Sergei Korolev, Wernher von Braun, duelo bajo la Luna es parte de la serie «Duels», de la señal Teve 5 (disponible en Netflix), dirigido por Annick Cojean. Esta serie presenta los duelos de dos grandes personajes o instituciones con el fin de conocer las historias tras las eternas rivalidades que surgen en el mundo de las ideas. En otros capítulos podemos ver enfrentados a Visconti y Fellini, o Coca-Cola y Pepsi. Pero en Cinetilmercurio queremos recomendarte este capítulo en especial.
La interesante historia de estos personajes no sólo se refiere a los progresos tecnológicos que promovieron para conseguir que el ser humano llegara a la Luna (sí, ¡sí llegaron a la Luna!). También su historia personal estuvo marcada por el sino de los tiempos en que les tocó vivir.
Korolov, antes de ser «El Diseñador Jefe» de la Unión Soviética, estuvo seis años prisionero en un gulag siberiano, donde sufrió múltiples torturas y apremios que lo harían morir antes de cumplir los 60 años. También trabajó cubierto por el secretismo soviético: ni la gente de su nación ni los espías estadounidenses sabían quién era. Sin embargo, fue enterrado con honores de Estado en el muro del Kremlin y sólo ahí los soviéticos por fin supieron su historia (al menos la oficial).
Por otra parte, Von Braun, hijo de nobles alemanes, hizo su carrera en la Alemania nazi. No dudó en afiliarse al Partido Nacionalsocialista y formar parte de las SS solo para poder construir cohetes. Cuando cayó Hitler, Von Braun se entregó a los estadounidenses junto a su equipo, investigaciones y diseños, precisamente por lo mismo... Para continuar construyendo cohetes.
Sergei Pavlovich Korolev y Wernher Von Braun fueron dos genios precursores de la carrera espacial que nunca se conocieron, separados por el telón de acero que dividió el mundo en dos después de la Segunda Guerra Mundial. Una rivalidad que empezó a principios de los años 1930 y culminó el 20 de julio de 1969 (aunque también se postula que la carrera habría terminado con la primera colaboración espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética, la misión Apolo-Soyuz de 1975).
En definitiva, el documental vale muchísimo la pena, no sólo por lo fascinante de los personajes, sino también por la calidad del material audiovisual. Un deleite no sólo para quienes disfrutan con la historia de la ciencia, sino también con las imágenes.