Recientemente, el equipo que rodea al presidente electo, Sebastián Piñera, planteó la posibilidad de que el Rally Dakar vuelva a realizarse en Chile. Recordemos que durante los años 2009 y 2015 este evento se realizaba en la zona Centro y Norte de Chile y otros países vecinos, incluyendo Argentina, Bolivia y Perú.
Un rally raid esencialmente es una carrera de distintos vehículos (motos, autos, camiones y hasta cuatriciclos) que no se realiza en pistas especialmente diseñadas para ello sino que al aire libre. En el último Dakar que se realizó en Chile (2015), participaron 161 motos, 45 quads, 137 autos y 63 camiones que, por 14 días, recorrieron 9 mil kilómetros. Sin duda, sus choferes hicieron un gran esfuerzo para ganar. ¡Para alcanzar la Gloria!
Paso del Rally Dakar por Copiapó, Región de Atacama, Chile. Contra lo esperado, en la próxima carrera Laura Branigan no estará esperando en la meta: su muerte lo impedirá (?). Créditos de la fotografía: Reporters Magazine.
Mucho se habla habitualmente de los beneficios económicos o de imagen que traería a Chile el ser una de las sedes de este evento deportivo. Sin embargo, menos se conoce sobre los efectos que tiene una perturbación de esta magnitud en los ecosistemas donde transcurre la carrera.
«Pero si esto ocurre en el desierto...», quizás diga usted. ¿Por qué nos hacemos tanto problema por un poco de rocas y polvo?
Pues porque, contra lo que podríamos pensar, el desierto de Atacama alberga una gran riqueza biológica, geológica y arqueológica. Su sequedad, sus rocas y polvo, y sus escasas fuentes de agua albergan tesoros insospechados, secretos sobre nuestro continente, sobre la historia de la humanidad y hasta misterios del universo.
Vamos a conocer algunos de ellos gracias a la colaboración y visión sobre el tema de: Joseline Tapia, Millarca Valenzuela y Francisca Santana
El desierto habla... y se dispersan sus minerales.
El desierto de Atacama es una de las pocas locaciones de toda la Tierra que ha sufrido perturbaciones mínimas en millones de años. De hecho, hay zonas que no han sido modificadas por más de 20 millones de años (1). Estos lugares únicos son claves para entender el pasado geológico reciente de Chile. Sin embargo, bastaría una sola rueda de las más de 100 bicicletas que podría participar en el hipotético Dakar para arruinar estos sitios.
Por otra parte, el Centro Norte de Chile también es rico en depósitos minerales y presenta anomalías geoquímicas importantes de ciertos elementos. En palabras que podamos entender, un ejemplo de estas anomalías son los salares altoandinos que presentan concentraciones importantes de arsénico, un contaminante peligroso desde el punto de vista toxicológico. Si el trazado del Rally Dakar pasa por algunas zonas ricas en contaminantes, existe la posibilidad de dispersar estos elementos antrópicamente. Suena peligroso porque lo es: una situación como esta podría ser perjudicial para los participantes, para el público y para los asentamientos humanos.
Además, esto podría alterar seriamente sitios geológicamente inexplorados y que podrían aportar importante información sobre nuestro planeta, y en particular sobre la historia geológica de Chile. Las dunas, salares y meteoritos son algunos de ellos.
Las huellas que dejan los vehículos en el desierto no desaparecen (Estación Yungay, Desierto de Atacama, Chile). Fotografía: Cristina Dorador.
Meteoritos: el legado extraterrestre
¿Sabía usted que el desierto de Atacama es uno de los mejores lugares del mundo para encontrar meteoritos? Pero, contra la creencia popular, esto no ocurre porque Chile sea yeta o se hagan muchos conciertos de Arjona en el desierto.
Los meteoritos caen en forma aleatoria por todo el planeta (algunos de ellos caen en Japón y provocan anomalías temporales T_T ). Pero solo pueden resistir a la erosión y desaparición en lugares que han permanecido por mucho tiempo (del orden de millones de años) en condiciones de híper-aridez y estabilidad. Y uno de esos lugares, tal como lo sospecha usted, es nuestro desierto de Atacama.
Las características particulares de este desierto permiten la convivencia entre rocas muy ancianitas que cayeron hace millones de años con las más jóvenes, que cayeron ayer.
Ni un Caballero de Pegaso acumula tantos meteoritos como el desierto de Atacama. Imagen: Saint Seiya Wikia.
Atacama no solo es importante para quienes estudian el origen de la Tierra y el Sistema Solar en estas rocas, sino también para la geomorfología. Esta disciplina puede leer en estas rocas el libro de la historia evolutiva de nuestro planeta.
Además, el desierto de Atacama es un ambiente único que permite el estudio de otras superficies planetarias... ¡Como el planeta Marte! De hecho, la NASA ha trabajado en nuestro desierto probando tecnología para detectar vida en otros cuerpos del Sistema Solar.
La flora y fauna del desierto
«¿Pero de qué flora y fauna estamos hablando? ¡Si es solo un desierto! Ahí no hay nada vivo, ¿no? No hay pasto, ni árboles ni animales» podría pensar alguien. Bueno, ese alguien estaría equivocado.
El desierto de Atacama está lleno de vida, principalmente microbiana: tan pequeña que no podemos verla a simple vista, pero que a veces se manifiesta: el año 2015, cuando llovió en Antofagasta, los cerros se tornaron verdes. Entre esas piedras y polvo hay un legado histórico biológico que apenas estamos empezando a descubrir. La vida duerme en el desierto, esperando una pequeña oportunidad para manifestarse.
Las lluvias de marzo de 2015 tiñeron los cerros de verde y blanco (los manchones blancos son flores). En la fotografía se puede apreciar también el efecto del paso de vehículos en el paisaje (cerros de Chanida, Antofagasta). Fotografía: Cristina Dorador.
Pero, ¿a quién le importa que se perturbe el descanso de unas esporas y bacterias dormilonas?
Antes de juzgar, pensemos que estas formas de vida se han adaptado a ambientes extremos: pueden sobrevivir casi sin agua, en zonas donde se ha registrado la mayor radiación solar del planeta y, a su vez, una variación enorme de temperatura entre el día y la noche. Pensemos en todo lo que podríamos aprender de estas formas de vida para desarrollar, por ejemplo, cultivos resistentes a estos ambientes extremos. En un mundo que se enfrenta a un peligroso cambio climático, este conocimiento podría ser fundamental para la humanidad.
El estudio de microorganismos del desierto puede también tener aportes insospechados en las ciencias médicas y farmacológicas o en la historia de la evolución de la vida (2). De hecho, investigadores de la Universidad de Antofagasta han desarrollado cremas humectantes y bloqueadores solares a partir de estos microorganismos.
También hay algunos lugares del desierto donde se encuentra agua en forma de humedales salinos o salares. Aunque estos ambientes son incompatibles con muchas formas de vida conocidas, esta agua extremadamente salada y rica en minerales provoca una explosión de biodiversidad que está altamente adaptada a estas condiciones «extremas» (3). En esos ecosistemas se encuentran desde microorganismos hasta grandes animales (aves, reptiles, mamíferos). El trazado de un rally puede alterar y afectar severamente estos ecosistemas, ya de por sí muy frágiles, porque incluso el agua salada es escasa en el desierto. Pensemos en esa tranquilidad milenaria que de pronto se ve interrumpida por el tronar de motores, latas de bebidas energéticas y adrenalina (mayormente masculina) que deja una herida imborrable en la pampa, en el llano de la Paciencia.
Tampoco podemos dejar de mencionar el increíble fenómeno del desierto florido, cuando unas condiciones inusuales de lluvia, temperatura y humedad en el desierto de Atacama permiten la floración de más de 200 especies nativas de plantas que llenan de colores el desierto. Junto a este fenómeno, se han descubierto también numerosas cactáceas (cactus) únicas en el mundo (4) y otras especies como mariposas (5) que solo pueden verse en este desierto. El problema, claro, es que la actividad humana y el paso de vehículos provoca daños irreparables en las semillas, bulbos, rizomas y tubérculos que sobreviven bajo tierra, esperando el momento propicio para germinar.
Insistiremos en ello para dejarlo bien claro: en el desierto de Atacama viven especies que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. Si destruimos su hábitat, podemos provocar su extinción. Es por ello que la sesión fotográfica del presidente electo en el desierto florido fue tan criticada.
Flamencos en el salar de Pedernales, Región de Atacama, marzo de 2014. Fotografía: Joseline Tapia, @pepeline.
Llegado este punto, usted quizás diga que entonces bastaría con delimitar muy bien el circuito del rally. Que pase por los lugares donde provoque menos impacto, lejos de salares, depósitos de meteoritos, ecosistemas frágiles o lo que sea. Que se trabaje para que haya una convivencia armónica entre esta sana competencia deportiva y la riqueza biológica y geológica del desierto de Atacama, ¿no?
Lamentablemente, no tenemos garantías de que esto pueda conseguirse. Las experiencias pasadas lo demuestran muy bien.
No es el Coliseo romano
El paso del rally Dakar entre los años 2009 y 2015 trajo consecuencias desastrosas para el patrimonio cultural del desierto de Atacama. El Colegio de Arqueólogos de Chile (6) denunció que más de 300 sitios arqueológicos patrimoniales fueron destruidos. Entre los principales sitios afectados se encuentran geoglifos y caminos prehispánicos que conectaban la costa, valles y altiplano por miles de años: los diversos informes entregados al Consejo de Monumentos Nacionales (7) (8) dio cuenta de huellas de motos y autos de carrera sobre ellos. Si bien los daños disminuyeron en las versiones posteriores al Dakar 2009, se ha demostrado que esta competencia no entrega las medidas preventivas adecuadas para evitar el daño arqueológico y patrimonial que genera, ya que cada año cambia las rutas que los competidores siguen e integra otras nuevas, obviando la presencia de sitios y material arqueológico a su paso. Los competidores, por su parte, ignoran las señales de la organización ya que les importa más alcanzar el primer premio que el daño que provocan. Por otra parte, las asociaciones e instituciones no han hecho nada para aplacar el daño posterior a la competencia: al día de hoy, no ha habido ninguna reparación o compensación al Estado chileno por los daños provocados entre 2009 y 2015.
No olvidemos las declaraciones del motorista italiano Matteo Casuccio quien, el año 2015, destruyó un terreno protegido cuando se salió del trazado del rally. En la prensa, Casuccio dijo: «cómo se enfadan por cuatro piedras entre otras muchas de una montaña. Ni que me hubiera metido por medio del Coliseo. Eso sí que es una ruina arqueológica». Aunque dudamos que esto es lo que piensan todos los competidores del rally Dakar, sí es una señal de lo poco que se conoce y se valora el patrimonio arqueológico, biológico y geológico del desierto de Atacama.
Teniendo en cuenta esto, quizás valdría la pena preguntarse cuál es el valor del patrimonio cultural del desierto de Atacama. Las autoridades del Servicio Nacional de Turismo de la época estimaron que el rally Dakar del año 2012 dejó ganancias por sobre los 30 millones de euros (9) solo en la región de Atacama (Chile), lo que equivale a las ganancias anuales por concepto de entradas al Coliseo romano (10). Sin embargo, como se mencionó anteriormente, no ha habido ninguna compensación por el daño causado, que tampoco ha sido valorado.
Como es de conocimiento popular, el desierto de Atacama es el más árido del mundo. Debido a esto, el nivel de preservación de objetos (cerámica, tejidos, caminos, geoglifos...) y restos humanos arqueológicos es incomparable. En zonas de Perú, Bolivia, Argentina y Chile, los estudios arqueológicos dan cuenta de una gran cantidad de asentamientos y cementerios. Los más antiguos tienen más de 12 mil años (11), pero además hay sitios arqueológicos que datan del periodo preincaico (12), incaico (13) (14) y de la colonización española.
El desierto de Atacama, entonces, tiene una riqueza inigualable en términos arqueológicos y bioantropológicos. Aún tiene mucho por entregar para el conocimiento del pasado y constituye un reservorio fundamental de memoria material para comprender la historia nacional y de los países vecinos.
Sin dejar huellas
Considerando todo lo que hemos visto hasta ahora, podemos decir sin mucha sombra de duda que el estudio de los tesoros del desierto de Atacama no es compatible con espectáculos deportivos como un rally. Sin duda, el Dakar trae beneficios económicos inmediatos y entretenimiento para muchas personas. Pero, ¿puede compensar el daño al patrimonio del desierto? ¿El potencial que tendría, por ejemplo, el estudio de microorganismos desconocidos que permitan crear nuevos medicamentos (como antibióticos)? ¿Estamos dispuestos a borrar los vestigios de nuestra historia solo por algunos días de motores rugientes y adrenalina televisada?
Aunque en Etilmercurio tenemos una postura clara sobre el tema, también sabemos que, sea cual sea la decisión que tomemos como país, no habrá espacios para medias tintas. El Dakar provocará una erosión irreparable en el patrimonio del Norte de Chile, destruyendo dolosamente nuestra herencia arqueológica y la herencia de sus habitantes ancestrales del país. Las medidas de mitigación solo reducirán su impacto, pero no lo eliminarán por completo. Y no tenemos forma de saber cuántos tesoros se perderían en cada una de estas competiciones, o cómo contabilizar siquiera su valor.
Por ello te decimos, Dakar, no vuelvas. No vuelvas sin razón.
Referencias
1.
Dunai TJ, González López GA, Juez-Larré J. Oligocene–Miocene age of aridity in the Atacama Desert revealed by exposure dating of erosion-sensitive landforms. Geology. 2005;33(4):321.
2.
Bull AT, Asenjo JA, Goodfellow M, Gómez-Silva B. The Atacama Desert: Technical Resources and the Growing Importance of Novel Microbial Diversity. Annual Review of Microbiology. 2016;70(1):215–34.
3.
Molina V, Hernández K, Dorador C, Eissler Y, Hengst M, Pérez V, et al. Bacterial Active Community Cycling in Response to Solar Radiation and Their Influence on Nutrient Changes in a High-Altitude Wetland. Front Microbiol. 2016;7:1823.
4.
Guerrero PC, Durán AP, Walter HE. Latitudinal and altitudinal patterns of the endemic cacti from the Atacama desert to Mediterranean Chile. Journal of Arid Environments. 1 de noviembre de 2011;75(11):991–7.
5.
Despland E. Butterflies of the high-altitude Atacama Desert: habitat use and conservation. Frontiers in Genetics [Internet]. 24 de septiembre de 2014 [citado 5 de enero de 2018];5. Disponible en: http://journal.frontiersin.org/article/10.3389/fgene.2014.00334/abstract
6.
Calderon C. El Dakar destruye - Colegio de Arqueólogos [Internet]. Colegio de Arqueólogos de Chile. 2017 [citado 5 de enero de 2018]. Disponible en: https://colegiodearqueologos.cl/el-dakar-destruye/
7.
INFORME DEL GOBIERNO CONSTATA DAÑOS ARQUEOLÓGICOS | Consejo de Monumentos Nacionales de Chile [Internet]. [citado 5 de enero de 2018]. Disponible en: http://www.monumentos.cl/prensa/noticias/informe-gobierno-constata-danos-arqueologicos
8.
Consejo de Monumentos Nacionales monitorea afectación a sitio arqueológico producido por competencia Dakar 2015 | Consejo de Monumentos Nacionales de Chile [Internet]. [citado 5 de enero de 2018]. Disponible en: http://monumentos.cl/prensa/noticias/consejo-monumentos-nacionales-monitorea-afectacion-sitio-arqueologico-producido
9.
Conozca los beneficios económicos que el Dakar deja en Chile, Argentina y Perú [Internet]. [citado 5 de enero de 2018]. Disponible en: https://www.americaeconomia.com/negocios-industrias/conozca-los-beneficios-economicos-que-el-dakar-deja-en-chile-argentina-y-peru
10.
Roma ÁGF/ CE. El Coliseo romano tendrá un aforo máximo de 6.000 personas [Internet]. ABC.es. [citado 5 de enero de 2018]. Disponible en: http://www.abc.es/20120105/cultura/abcp-coliseo-romano-tendra-aforo-20120105.html
11.
Santoro CM, Ugalde PC, Latorre C, Salas C, Osorio D, Jackson D, et al. OCUPACIÓN HUMANA PLEISTOCÉNICA EN EL DESIERTO DE ATACAMA: PRIMEROS RESULTADOS DE LA APLICACIÓN DE UN MODELO PREDICTIVO DE INVESTIGACIÓN INTERDISCIPLINARIA. Chungará (Arica). 2011;43(especial):353–66.
12.
Pampa Iluga: El hallazgo que abrió la prehistoria del norte grande « Diario y Radio Uchile [Internet]. [citado 5 de enero de 2018]. Disponible en: http://radio.uchile.cl/2017/07/22/pampa-iluga-el-hallazgo-que-abrio-la-prehistoria-del-norte-grande/
13.
El Camino del Inca en el Norte Grande - Memoria Chilena, Biblioteca Nacional de Chile [Internet]. [citado 5 de enero de 2018]. Disponible en: http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-3374.html
14.
Salazar D, Berenguer J, Vega G. PAISAJES MINERO-METALÚRGICOS INCAICOS EN ATACAMA Y EL ALTIPLANO SUR DE TARAPACÁ (NORTE DE CHILE). Chungará (Arica). marzo de 2013;45(1):83–103.