SEND DUNES
Ustedes saben que en Etilmercurio nos gusta la ciencia ficción, y especialmente buscarle la quinta, sexta o séptima pata al gato cuando se trata de analizar obras. Lo sabemos, somos el alma de la fiesta, y dado el estreno de la primera parte de DUNE, dirigida por este flaco Villanueva (que parece pegarle al asunto y ademas es de Montreal donde vive una etilmercurista fan), quisimos escribir un post multidisciplinario para abordar esta tremenda obra literaria.
¿Spoilers?
Ni idea si es posible spoilear un libro de 1965, pero bue, si llegaron a este texto sin haber leído los libros, o sin haber visto las adaptaciones para cine o televisión, o sin haber jugado los videojuegos de duna, o los juego de mesa, o simplemente han vivido en una cueva lejos del desierto toda su vida, bueno, es posible que este post tenga spoilers. Muchos. Y a pesar de que creemos que es una obra inespoileable (?), pondremos alertas para no arruinarles la experiencia si han decidido hacer que su senda por arrakis sea exclusivamente cinematográfica de este siglo.
¿Libros? ¿plural?
Partamos por el inicio: los libros.
¿Cuántos libros son?
Dependiendo a quien le preguntes, la respuesta irá entre 1 y 35 (36 si nos paramos en octubre de 2022). Si preguntas en qué orden leerlos, la cantidad de respuestas supera la cantidad de átomos en el universo. Si viste la película Dune (2021), alcanzaste a recorrer poco más de la mitad del primer libro publicado, y su director quiere que la historia sean al menos 3 películas (siguiendo con el resto del libro principal, y luego incluyendo Dune: Messiah).
Ecología de Arrakis
@Nicolas Segovia @Cristina Dorador (acá se me ocurren cosas de adaptación, como las especies se las arreglan para vivir con poca agua, el vínculo que se da entre flora y fauna para sobrevivir. Herbert se tomó un año completo para armar el ecosistema sensato)
Hay algunas interesantes similitudes entre Arrakis y la Tierra. Ambos son el tercer planeta en su respectivo sistema solar. De acuerdo al apéndice “La ecología de Dune”, de la novela original, la atmósfera de Arrakis es similar a la nuestra: 75,4% de nitrógeno (78,1% en la Tierra), 23% de oxígeno (21% en la Tierra), 0,023% de dióxido de carbono (0,037% en la Tierra), y gases traza. Contrario a la idea de un planeta 100% desértico, se conocían especies de plantas que crecían a grandes altitudes, y algunas que incluso era conocidas como “terraformadoras”. El crecimiento de esas plantas estaba limitado por la disponibilidad de oligoelementos: nitrógeno orgánico y azufre, en particular, tal como el crecimiento de las plantas en la Tierra, además de la evidente escasez de agua.
Agua: se plantea que Pardot Kynes consideró obtener agua a partir del hidrogeno y oxigeno de las rocas mediante "plantas reductoras", pero era demasiado costoso. Por otro lado, Arrakis cuenta con casquetes polares de hielo, pero su volumen es muy bajo como para considerar en transformar el planeta. Finalmente, a pura observación, nota que el agua más abundante y accesible se encuentra en el viento, el que aumenta en humedad a mayores altitudes. Por eso había plantas que crecían en altura.
Kynes consideraba que la mejor zona de Arrakis para terraformar era entre los 70° de latitud norte y los 70° de latitud sur, también similar a la Tierra, donde los territorios habitables se encuentran aproximadamente entre los 67°N y los 67°S, limitados principalmente por los círculos polares. Las temperaturas en Arrakis, fuera de las zonas polares, se mueven en un rango entre los -19°C y los 59°C (254-332K en la novela), aunque la arena bajo el sol directo puede alcanzar los 76,8°C (350K en la novela). Sin embargo, 30,5 centimetros bajo el suelo (1 pie) se estimaba que la temperatura bajaba a 295K (21,8°C), y 30,5 centimetros sobre el suelo, la temperatura del aire podía alcanzar los 51°C, efecto que se reforzaba si había sombra. Esto hacía posible considerar poner plantas incluso en las zonas ecuatoriales, si se lograba solucionar el mayor problema: el agua.
Hasta ahora, todo nos suena más o menos lógico. Hasta que llegamos al primer problema, que se soluciona recurriendo a la parte "ficción" del término "cienca ficción": el origen del oxígeno.
En la Tierra el oxígeno es producido mayoritariamente por los organismos fotosintéticos. Plantas, cianobacterias, algas, se encargan de tomar el CO2 de la atmósfera y, luego de un muy proceso bioquímico tan maravilloso como enredado, liberan el O2 de vuelta. Ese proceso es el que sostiene toda la vida animal. Sin oxígeno los animales no vivimos. Lo consumimos, es nuestro combustible, y liberamos el CO2 de vuelta. Y así.
Pero en Arrakis no hay plantas. O sea si, hay, pero son muy pocas y no podrían sostener ese 23% de oxígeno atmosférico. Acá es donde Frank Herbert se mandó una explicación simple, pero compleja: los gusanos gigantes de Arrakis son los que producen el oxígeno. Un animal asi de grande (hasta 400 metros), que se mueve por la arena a tremenda velocidad, y que no cuenta con estructuras fotosintéticas parece la fuente más improbable de oxígeno. Al contrario, parece un megaconsumidor. Una especie de Dodge RAM, que chupa diesel como una orilla de playa chupa agua.
Frank Herbert escribió Dune antes de que se conocieran algunos ecosistemas que pudieron darle ideas para una mejor explicación, como aquellos de grandes profundidades, que no requieren del sol (y por ende de la fotosíntesis) para la producción de oxígeno.
Propiedad de los recursos naturales
@Cristina Dorador @Jorge Román (Litio es nuestro melange. ¿destrucción de ecosistemas?)
Calentamiento global: la arrakiformación de la tierra
¿Les gustó la pelicula? Pues háganse la idea de que van a vivir en el set
Podríamos también considerar otros planetas, como Giedi Prime, un planeta rico en hidrocarburos que se convirtió en casi inhabitable por la contaminación atmosférica.
La letanía del miedo y otros trucos Bene Gesserit
@Soledad MIRANDA El potito de rana y sobarse el dolor: nuestros propios trucos para soportar el dolor. (Realidad virtual para ir al dentista?)
El miedo es una respuesta primitiva presente a través del reino animal. El miedo nos protege y nos permite adaptarnos a ambientes complejos. Para enfrentar nuevos desafíos y peligros, que van a ser distintos a los que ya conocimos, nuestro cerebro tiene que usar las memorias de nuestras experiencias pasadas y generalizarlas...to be continued
Mentats, los que le quitan la pega a la inteligencia artificial
@Soledad MIRANDA Superhumanos adictos a la especia.
Las drogas como puerta al conocimiento escondido y las experiencias místicas no son nada nuevo. La idea ha sido explotada por chamanes y gurus chantas a lo largo de la historia, pero no fue hasta la época del hipismo que la sociedad occidental abrazo las drogas con esperanza, como una puerta a una sociedad mejor. Dune fue escrita justo en la mitad del auge de los hippies y sus comunidades utópicas, algunas incluso en la mitad del desierto y el libro refleja esta época y lo que se llama psicodelia. El mito urbano dice que la experimentación con hongos alucinógenos por el propio Frank Herbert, antes de escribir Dune, fue su fuente de inspiración. Dicen también que nuestro Alejandro Jodorowski, quizo hacer una película inspirada en Duna, una oda a las alucinaciones provocadas por el LSD, pero sin necesidad de usar LSD.
El conocimiento acumulado con años de investigación ha demostrado que las drogas recreativas no ayudan al autoconocimiento, no aumentan la inteligencia y el único futuro que permiten ver es un futuro de efectos negativos sobre la salud. Es verdad que hay drogas que pueden temporalmente ayudar a trabajar sin descanso, pero debido al acostumbramiento de los receptores en el cerebro, la dosis necesaria para el mismo efecto aumenta diariamente y finalmente solo persisten los efectos negativos y la adición, porque al final del día, nuestro cerebro no puede ir mas allá del cuerpo humano en que está metido.
En Dune, la droga melange, o especia, alarga la vida, aumenta la vitalidad y la percepción, de una manera que permite viajes interestelares y ver el futuro. La especia también sirve como materia prima, como el cañamo que se hace de la planta de marihuana, o como el plástico que se hace del petróleo, al que nuestra sociedad también esta adicta. Pero parece que en 1965, año en que se escribió Dune, las nubes sobre el paraíso hippie ya estaban mostrando la fea cara de la adicción, porque melange -como la heroína por ejemplo- es adictiva y letal. El blanco del ojo se vuelve azul con el consumo, conveniente para las agencias antidoping o una metáfora para el cambio bioquímico en el cerebro. La especia es también extremadamente cara, un símbolo de status y la cause de guerras; una alegoría a los carteles de la droga, que hoy en día ha destrozado sociedades enteras.
Inteligencia artificial goes wrong
Bebiendo leseras durante el embarazo
@Macarena Martinez Órdenes Por qué no es tan buena idea zamparse cualquier huevada durante el embarazo, en especial el agua de la vida
Texto
CUERPO DEL POST
Referencias
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