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Que no te influencien con los mitos de la vacuna contra la influenza

Autor
Categoría
Biología
medicina
Salud Pública
Química
Fecha de Publicación
2017/03/27
Temas
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Fuente de la portada: Chile entre pandemias: la influenza de 1918, globalización y la nueva medicina. Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0716-10182013000200012
En Chile se ha iniciado la campaña de vacunación contra la influenza, la que garantiza la vacuna de forma gratuita a la población objetivo:
El año pasado les contamos las bondades de esta vacuna, pero todos los años debemos reforzar que la vacuna es segura y efectiva. Por eso, y mientras el staff de Etilmercurio lleva a vacunarse a sus parientes que se encuentren en la población objetivo (y se ofrecen para recibir el pinchazo), repasaremos algunos de los mitos que más hemos leído en Twitter:

1. La vacuna contra la influenza produce autismo y la gente se pone a vomitar o se desmaya o se convierte en Mr. Hyde

Las vacunas que se utilizan son seguras. Todas ellas pasan por un riguroso proceso de ensayos clínicos para asegurar esto antes de su utilización. De hecho, la vacuna contra la influenza es una de las vacunas más seguras. Ha sido utilizada desde hace 50 años y se han desarrollado muchísimas investigaciones que apoyan su seguridad (1).
Para que quede claro: algunas vacunas contra la influenza contienen timerosal (2), lo que no es ningún problema. Para nada. No, no hay ningún problema: está demostradísimo que ni las vacunas ni el timerosal producen autismo (3).

2. Si me pongo la vacuna de influenza, ¡fijo que me resfrío!

No, la vacuna no puede contagiar la enfermedad. Las vacunas que se usan en Chile durante esta campaña son fabricadas con virus que han sido «inactivados» y, por lo tanto, no son infecciosos (4).
¿Cómo sabemos esto? Pues porque en ensayos clínicos ciegos (nadie sabía qué le estaban inyectando), aleatorios (nadie podía decidir por su cuenta qué le inyectaban), donde algunas personas recibieron vacunas contra la influenza y otras vacunas con placebo (solución salina), los únicos síntomas diferentes entre los grupos fueron un transitorio dolor en el brazo y enrojecimiento en la zona de vacunación en las personas que recibieron las vacunas contra la influenza. No hubo ninguna diferencia en otros síntomas como dolores corporales, fiebre, tos, secreción nasal o dolor de garganta (5).

3. ¡Pero si ya me vacuné el año pasado!

Cada año tenemos que vacunarnos porque el virus influenza evoluciona y se adapta, obligándonos a actualizar la vacuna para que sea efectiva.
*Subtitulos traducidos por Etilmercurio, a partir de «Influenza: Get the (Antigenic) Drift»

4. El ministerio se equivocó y compró una vacuna que no sirve.

Todos los años la Organización Mundial de la Salud (OMS) analiza los virus influenza que circulan en el hemisferio norte y proyecta los tipos y subtipos de virus que circularán en el hemisferio sur. Durante septiembre de cada año, la OMS emite las recomendaciones para la elaboración de las vacunas del año siguiente (6).
No es al lote.
Este año, como tooooodos los años, el Ministerio de Salud adquirió las vacunas con las cepas recomendadas por la OMS para el hemisferio sur (4).

5. La vacuna antiinfluenza no salva a nadie.

La efectividad de la vacuna depende del buen ajuste entre la composición de la vacuna y el tipo/subtipo de influenza que circule. Actualmente, la vacuna, de acuerdo al análisis interino del CDC 2016-2017, tiene una efectividad del 48%.
Es decir, en las personas vacunadas disminuye a la mitad el riesgo de enfermar de influenza (7)... y por lo tanto de sufrir complicaciones o morir por esta causa.

6. La influenza es una enfermedad leve.

El año 2009 experimentamos nuestra última pandemia de influenza. En esa oportunidad, se registraron 18.500 muertes confirmadas por laboratorio. Otros autores señalan que estas cifras enmascaran un subregistro y la cifra real alcanzaría los 201.200 muertos (8).
Otras veces no hemos tenido tanta suerte. En 1918, cuando ocurrió la madre de todas las pandemias, la «Gripe Española» —llamada así pues España, al mantenerse neutral durante la Primera Guerra Mundial, reportaba los enfermos y fallecidos, no así el resto de los países involucrados (9)—, fallecieron aproximadamente 50 millones de personas (10).
Sabemos que existe un riesgo constante de una nueva pandemia. Eso nos obliga como sociedad a mantenernos alertas y evitar riesgos innecesarios, como por ejemplo, mantener las coberturas de vacunas sobre el umbral de rebaño y recomendar que las personas que trabajan en granjas avícolas o con cerdos se vacunen contra la influenza, pues esto disminuye el riesgo de rearreglos genéticos y que aparezca un nuevo virus, aprovechando la interfaz humano-animal durante una doble infección.
En general, la mayoría de las personas que se infectan con el virus de la influenza se recuperan en un par de semanas. Pero los niños pequeños, adultos mayores, embarazadas y pacientes con enfermedades crónicas pueden complicarse: esto puede requerir hospitalización e incluso provocar la muerte (11).
El año 2016, fallecieron 44 personas en Chile por influenza A. Lo que tenían en común estas personas era que ninguna presentaba factores de riesgo conocidos.
¿Y adivinan qué más?
Ninguna había recibido la vacuna antiinfluenza (12).
Otro dato importante es que, durante el año 2016, el 75% de las personas que fallecieron en las Unidades de Cuidados Intensivos del Hospital de Puerto Montt (que recibe a los pacientes más graves de la región de Los Lagos) tampoco había recibido la vacuna antiinfluenza, pese a tener indicación de hacerlo (13). Ojo: esto no significa necesariamente que hayan fallecido por influenza o por complicaciones derivadas de la misma, pero sí nos habla de un factor de riesgo adicional que podría complicar a los y las pacientes en los hospitales. Después de todo, ¿qué mejor lugar para infectarse de un virus que un hospital?
Por ello, el llamado es a la responsabilidad, tanto personal como colectiva, para evitar las complicaciones por influenza, asistiendo a los centros de salud para recibir la vacuna. Tanto si usted pertenece a la población en riesgo o no.

Referencias

1.
Center for Disease Control and Prevention. Información sobre la seguridad de la vacuna contra la influenza [Internet]. Influenza (Flu). 2016. Disponible en: https://espanol.cdc.gov/enes/flu/protect/vaccine/general.htm
2.
Center for Disease Control and Prevention. Timerosal en la vacuna contra la influenza [Internet]. Influenza (Gripe). 2017. Disponible en: https://espanol.cdc.gov/enes/flu/protect/vaccine/thimerosal.htm
3.
World Health Organization. Tiomersal - preguntas y respuestas [Internet]. Inmunización, Vacunas y Productos Biológicos. 2011. Disponible en: http://www.who.int/immunization/newsroom/thiomersal_questions_and_answers/es/
4.
Ministerio de Salud de Chile. Campaña de Vacunación contra la Influenza 2017 [Internet]. 2017. Disponible en: http://web.minsal.cl/campana-de-vacunacion-contra-la-influenza-2017/
5.
Center for Disease Control and Prevention. Vacuna inyectable contra la influenza estacional [Internet]. Influenza (Gripe). 2016. Disponible en: https://espanol.cdc.gov/enes/flu/about/qa/flushot.htm
6.
World Health Organization. Recommended composition of influenza virus vaccines for use in the 2017 southern hemisphere influenza season [Internet]. Influenza. 2016. Disponible en: http://www.who.int/influenza/vaccines/virus/recommendations/2017_south/en/
7.
Flannery B, Chung JR, Thaker SN, Monto AS, Martin ET, Belongia EA, et al. Interim Estimates of 2016–17 Seasonal Influenza Vaccine Effectiveness — United States, February 2017. MMWR Morbidity and Mortality Weekly Report. 17 de febrero de 2017;66(6):167–71. Disponible en: https://www.cdc.gov/mmwr/volumes/66/wr/mm6606a3.htm
8.
Viboud C, Simonsen L. Global mortality of 2009 pandemic influenza A H1N1. The Lancet Infectious Diseases. septiembre de 2012;12(9):651–3. Disponible en: http://www.thelancet.com/journals/laninf/article/PIIS1473-3099(12)70152-4/abstract
9.
Trilla A, Trilla G, Daer C. The 1918 “Spanish Flu” in Spain. Clinical Infectious Diseases. septiembre de 2008;47(5):668–73. Disponible en: http://bit.ly/2o1UbGW
10.
Taubenberger JK, Morens DM. 1918 Influenza: the Mother of All Pandemics. Emerging Infectious Diseases. enero de 2006;12(1):15–22. Disponible en: https://wwwnc.cdc.gov/eid/article/12/1/05-0979_article
11.
World Health Organization. Gripe [Internet]. Temas de salud. Disponible en: http://www.who.int/topics/influenza/es/
12.
Ministerio de Salud de Chile. Informe de Situación de Influenza Chile 2016, SE 1-50 [Internet]. 2016. Disponible en: http://epi.minsal.cl/wp-content/uploads/2017/01/InformeInfluenzayRespiratoriasSE50.pdf
13.
Rocío Sepúlveda. Vacuna antiinfluenza en Osorno: El año pasado 75% de los fallecidos UCI no se vacunaron [Internet]. biobiochile. 2017. Disponible en: http://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/region-de-los-lagos/2017/03/23/vacuna-influenza-en-osorno-el-ano-pasado-75-de-los-fallecidos-uci-no-se-vacunaron.shtml